Cómo funciona el alquiler con opción a compra
En un mercado inmobiliario condicionado por la evolución económica reciente, el encarecimiento de los alquileres y las dificultades persistentes para acceder a una hipoteca, entender cómo funciona el alquiler con opción a compra se presenta como una alternativa realista y cada vez más popular.
Según Idealista, desde marzo de 2024, los precios del alquiler subieron un 10,3 %, mientras que el Banco de España alerta de que aún persiste un desfase entre la oferta de vivienda y la demanda. A pesar de la bajada gradual de los tipos de interés iniciada en 2024 por el BCE, El Banco de España confirmó que el acceso a la financiación hipotecaria en el segundo semestre de 2024 para hogares y especialmente jóvenes sigue siendo difícil.
Por su parte, el informe del Consejo General del Notariado señaló que el precio de la vivienda creció un 6,9% interanual. También aumentaron el número de transacciones de compraventa en un 11,5% con respecto al 2023, cerrando 2024 con más de 700.000 operaciones efectuadas.
La modalidad de alquiler con opción está ganando fuerza como alternativa a la compra directa, especialmente en grandes núcleos urbanos. Este modelo híbrido permite al inquilino residir en una vivienda como en cualquier alquiler tradicional, pero con la ventaja adicional de tener la posibilidad de comprar al final del contrato (no la obligación) en condiciones previamente pactadas.
¿Cómo funciona el alquiler con opción a compra?
El funcionamiento de este modelo contractual se basa en la combinación de dos acuerdos: un contrato de arrendamiento y otro contrato de compraventa. En términos sencillos, el inquilino paga una renta mensual durante un periodo acordado (5 años para particulares, 7 años para empresas) y, al finalizar dicho plazo, puede decidir si desea ejercer su derecho a compra. Este derecho se formaliza en el contrato mediante una «prima de opción» .
¿Qué es la prima de opción?
La prima de opción es una cantidad de dinero que el inquilino paga al propietario al inicio del contrato como garantía de que quiere reservar la posibilidad de comprar la vivienda en el futuro. Esta prima no es un pago mensual ni se devuelve en caso de que el inquilino decida no ejercer su derecho a compra, aunque puede haber excepciones si así se recoge expresamente en el contrato.
Esta figura legal tiene su base en el artículo 1.256 del Código Civil, que establece que los contratos deben cumplirse tal como han sido pactados por las partes, y en la jurisprudencia consolidada del Tribunal Supremo que reconoce la validez del contrato de opción de compra como un pacto autónomo dentro de un arrendamiento.
¿Por qué se utiliza?
- Compromiso del inquilino: al abonar esta prima, el inquilino demuestra un interés real en adquirir la vivienda, lo que otorga al propietario mayor seguridad.
- Compensación al propietario: el propietario se compromete a mantener la oferta de venta durante un periodo determinado, y no podrá vender a otro interesado mientras el contrato esté vigente.
- Descuento sobre el precio final: si se ejecuta la compra, la prima se suele descontar del precio total de venta, lo que beneficia al inquilino como parte del pago anticipado.
¿Cuánto suele ser?
No hay una cifra fija por ley, pero habitualmente se sitúa entre el 5% y el 10% del valor de la vivienda.
Ejemplo práctico
Una vivienda se valora en 180.000 euros. El inquilino paga 800 euros al mes durante tres años (28.800 euros). El contrato estipula que el 80% de esa cantidad (23.040 euros) se descontará del precio final. Si la prima inicial fue de 10.000 euros, al ejercer la opción, sólo deberá abonar 146.960 euros.
Ventajas del alquiler con opción a compra
Antes de entrar en las ventajas del alquiler con opción a compra, conviene detenerse un momento en el perfil de quienes suelen recurrir a esta modalidad. En muchos casos, se trata de personas jóvenes o familias que desean convertirse en propietarios pero que, por diversas razones (como la inestabilidad laboral, la falta de ahorros suficientes o las actuales condiciones de financiación hipotecaria) no pueden acceder a una vivienda en propiedad de forma inmediata. Según datos de un informe elaborado por Fotocasa, el 56% de los jóvenes menores de 35 años que han alquilado o intentado alquilar en el último año manifiestan intención de comprar una vivienda en los próximos cinco años, pero no pueden hacerlo por falta de ahorro o inestabilidad financiera.
También es una opción atractiva para quienes están valorando un cambio de residencia definitivo y quieren «probar» la vivienda antes de tomar una decisión irreversible. Este modelo les ofrece la tranquilidad de residir en la que podría ser su futura casa, sin renunciar a su uso mientras planifican la compra con mayor seguridad financiera.
Ventajas para el inquilino:
- Acceso progresivo a la propiedad: permite residir en la vivienda mientras se decide si se desea adquirirla.
- Estabilidad financiera: posibilidad de ahorrar para la entrada y planificar la hipoteca con más margen.
- Precio de compra fijado: blindaje frente a futuras subidas del mercado inmobiliario.
- Descuento de rentas: parte de las rentas mensuales y la prima se descuentan del precio final.
- Tiempo para mejorar la solvencia: ideal para quienes necesitan ganar estabilidad laboral o mejorar su perfil bancario.
Ventajas para el propietario:
- Ingresos desde el primer día: gracias a las rentas y la prima inicial.
- Mejor conservación del inmueble: el inquilino suele cuidar mejor la vivienda si planea comprarla.
- Posibilidad de venta futura asegurada: o al menos la opción, con compensación económica si no se concreta.
Inconvenientes y riesgos
Antes de analizar las posibles desventajas que esta fórmula puede tener para el inquilino, conviene matizar que, pese a sus múltiples beneficios, esta opción no está exenta de ciertos riesgos o consideraciones que conviene valorar detenidamente. El hecho de contar con una oportunidad para comprar la vivienda no implica automáticamente que dicha opción sea conveniente en todos los casos.
Factores como la evolución del mercado inmobiliario, la estabilidad económica personal y el plazo para ejercer la opción de compra pueden marcar una diferencia significativa en el resultado final de esta fórmula. Por eso, es clave que el inquilino valore con antelación todos los escenarios posibles y se asesore adecuadamente antes de firmar.
Para el inquilino:
- Pérdida de la prima: si no se ejecuta la opción, la cantidad entregada como señal no se devuelve.
- Riesgo de pagar de más: si el mercado baja, se habrá pactado un precio superior al valor real.
- Rentas algo más elevadas: al incluir parte destinada a la compra.
Para el propietario:
- Imposibilidad de vender a terceros: durante el plazo estipulado.
- Precio fijado de antemano: que puede quedar por debajo del valor de mercado si hay revalorización.
- Incertidumbre: hasta que se sepa si el inquilino ejercerá o no la compra.
Aspectos legales clave en el alquiler con opción a compra
Antes de firmar un contrato de arrendamiento con opción a compra, es esencial tener claro el marco legal que lo regula. Aunque esta fórmula combina elementos del arrendamiento y la compraventa, no existe una regulación específica en la legislación española que defina con precisión todos sus términos. Por ello, gran parte de su validez y eficacia dependerá del contenido del contrato firmado entre las partes. Un acuerdo mal redactado o ambiguo puede generar conflictos o incluso anular la posibilidad de ejercer la opción de compra. Entender bien estos aspectos legales es crucial para garantizar que los derechos y obligaciones de inquilino y propietario queden claramente establecidos desde el principio.
El contrato debe incluir:
- Precio de venta y prima de opción.
- Plazo para ejercer la opción de compra.
- Porcentaje de rentas descontadas.
- Reparto de gastos e impuestos.
- Condiciones de cancelación o renuncia.
Desde el punto de vista normativo, el contrato de arrendamiento se rige por la Ley de Arrendamientos Urbanos, y el contrato de compraventa por el Código Civil. Su inscripción en el Registro de la Propiedad no es obligatoria, pero se recomienda.
Fiscalidad
La fiscalidad del alquiler con opción a compra varía dependiendo del tipo de arrendador (empresa o particular) y la ejecución (o no) de la opción de compra.
- Si el arrendador es una empresa o profesional, la prima de opción se considera una prestación de servicios según la Agencia Tributaria y está sujeta al 21% de IVA.
- Si el contrato se celebra entre particulares, en lugar de IVA se aplica el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), como ocurre con los arrendamientos tradicionales. Este impuesto se paga por parte del arrendatario (quien alquila) y su cuantía depende de la comunidad autónoma donde se firme el contrato. Este tratamiento fiscal está regulado por el Real Decreto Legislativo 1/1993, de 24 de septiembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.
En cuanto al tratamiento en el IRPF del arrendador:
- Si la opción de compra no se ejecuta, la prima se debe tributar como un rendimiento del capital inmobiliario, ya que se percibe como ingreso por el uso del inmueble.
- Si la opción de compra sí se ejecuta, la prima pasa a formar parte del valor de transmisión del inmueble y se integra en el cálculo de la ganancia patrimonial por la venta del inmueble. Esto también afecta al cálculo del impuesto sobre el beneficio obtenido por la venta.
Este tratamiento está basado en la interpretación de la Agencia Tributaria y en varias consultas vinculantes emitidas por la Dirección General de Tributos (DGT), como la V3065-18, que aborda estos supuestos concretos.
Conclusión
El alquiler con opción a compra es una herramienta eficaz para acceder a la propiedad de forma gradual y menos exigente en el corto plazo. Aporta ventajas a ambas partes si se formaliza de forma transparente y con asesoramiento legal. En un mercado tensionado, donde comprar es cada vez más difícil, esta modalidad puede ser la vía más realista hacia la vivienda en propiedad.
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Factores del precio del alquiler, elementos clave para entender su evolución
El precio del alquiler no es una cifra arbitraria: responde a un conjunto de factores del precio del alquiler que condicionan el valor que el mercado otorga a una vivienda. Estos elementos, que combinan aspectos económicos, sociales y legislativos, explican por qué un piso en una zona puede costar el doble que otro con las mismas características en una localidad o barrio diferente.
Comprender cómo se calcula el precio del alquiler es clave tanto para propietarios como para inquilinos.
Además, entender estos elementos que determinan el precio del alquiler ayuda a identificar oportunidades y ajustar la oferta a la demanda real.
Ubicación y entorno: lo que más pesa en la valoración del alquiler
La localización de una vivienda sigue siendo el factor más determinante en el precio de un alquiler. Las zonas urbanas con mayor acceso a transporte público, centros educativos, zonas comerciales y servicios de salud tienden a registrar precios más elevados. En ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia, vivir cerca del centro o de barrios bien conectados puede incrementar considerablemente el precio mensual del arrendamiento.
Por el contrario, las viviendas en periferias mal comunicadas o alejadas de servicios esenciales suelen tener un coste inferior. Esta diferencia también se observa dentro de una misma ciudad, donde barrios históricamente menos demandados han experimentado procesos de revalorización tras mejoras en infraestructuras o transformaciones urbanas.
Oferta, demanda y el nuevo índice del alquiler
El principio económico de la oferta y la demanda sigue marcando el pulso del mercado del alquiler. Cuando la demanda de vivienda en alquiler supera la oferta disponible, los precios tienden a subir. Es lo que ha sucedido en los últimos años, especialmente en las grandes ciudades, donde la construcción de nueva vivienda no ha seguido el ritmo de la demanda.
Según el Banco de España, hacen falta adicionalmente 500.000 viviendas nuevas en 2025, habida cuenta del déficit que existe entre la creación neta de hogares y la producción de vivienda nueva. Para este organismo, la creciente demanda de alquiler está relacionada con factores como la movilidad laboral, la dificultad de acceso a la compra de vivienda y el aumento de hogares unipersonales.
Esta presión sobre la demanda contribuye a tensionar los precios y hace más compleja la valoración del alquiler en contextos urbanos. Estos factores del alquiler de las viviendas también condicionan la evolución de la oferta y la demanda, obligando al mercado a ajustarse a nuevas realidades sociales, económicas y habitacionales.
Características de la vivienda: lo que marca la diferencia
Tamaño, distribución, número de habitaciones, terraza, ascensor y trastero… Todos estos elementos influyen en el valor que un propietario puede pedir por su vivienda. Una vivienda reformada, bien equipada y con instalaciones modernas (climatización, ventanas eficientes, cocina nueva) tendrá más valor que una con instalaciones antiguas.
El estado de conservación es clave. En igualdad de condiciones, una vivienda reformada puede llegar a aumentar su precio hasta un 20% respecto a otra similar sin actualizar, según habittisimo. Estos datos muestran cómo los elementos que determinan el precio del alquiler pueden tener un impacto directo en la rentabilidad de un inmueble.
Servicios extra y zonas comunes en la valoración del alquiler
La presencia de servicios adicionales también influye en el precio. Zonas comunes, piscina, garaje, portero físico o seguridad privada son elementos que incrementan el valor de la vivienda. También lo hacen los servicios del entorno, como la cercanía a zonas verdes, instalaciones deportivas o centros culturales.
Estos elementos que determinan el precio del alquiler no solo mejoran la calidad de vida del inquilino, sino que representan un valor añadido que muchos están dispuestos a pagar. En mercados con alta demanda y escasa oferta, como ocurre en muchas grandes ciudades españolas en la actualidad, este tipo de ventajas puede marcar la diferencia entre cerrar un contrato o no.
Legislación, economía y renta del alquiler
El marco legal y la situación económica también influyen directamente en el mercado del alquiler. La inflación, las subidas de tipos de interés o las reformas legislativas en materia de vivienda tienen efectos inmediatos en la oferta y la demanda.
Cambios como la entrada en vigor del nuevo índice del alquiler o los topes en la actualización de las rentas pueden limitar las subidas, pero también provocar una retracción de la oferta. Algunos propietarios prefieren retirar sus inmuebles del mercado ante un escenario de mayor regulación.
En este contexto, servicios que aseguren el cobro del alquiler, como Adelantamos tu Renta, resultan de especial utilidad para propietarios que desean asegurar ingresos constantes sin tener que subir precios como medida preventiva ante posibles impagos, ofreciendo una alternativa que aporta tranquilidad financiera. También inciden directamente en la renta del alquiler, garantizando estabilidad y previsibilidad en los ingresos.
Tendencias del mercado y comportamiento del inquilino
La irrupción del alquiler vacacional, turístico y temporal ha alterado el equilibrio del mercado tradicional. Muchas viviendas que antes se destinaban al alquiler de larga duración han pasado a modelos más rentables a corto plazo, reduciendo la oferta y tensionando los precios.
Asimismo, el auge del teletrabajo ha modificado las preferencias de los inquilinos, que ahora prioriza viviendas con espacios amplios, luz natural y buena conexión a internet, incluso aunque estén en ubicaciones menos céntricas. Por ello mismo cada vez están surgiendo más iniciativas para repoblar la España vaciada en los entornos rurales apostando por el teletrabajo. Estas nuevas prioridades también afectan a la valoración de las viviendas.
Por parte de los inquilinos, conocer su capacidad de pago es clave para buscar una vivienda acorde a su situación. Para ello, herramientas como la Calculadora de Solvencia permiten realizar una estimación rápida orientativa para que el inquilino valore si un alquiler se ajusta a su capacidad económica. Los propietarios disponen del Scoring PS+, un análisis en profundidad que permite evaluar de forma precisa la solvencia del inquilino antes de cerrar el contrato.
Cómo fijar el precio del alquiler de forma justa
El precio del alquiler responde a un conjunto complejo de factores interconectados. Desde la ubicación hasta la situación económica general, pasando por las características del inmueble o las tendencias de consumo, todos ellos configuran un escenario en constante evolución.
Tanto si eres inquilino como propietario, conocer bien estos factores del alquiler vivienda es fundamental para negociar, valorar un alquiler correctamente y adaptarte a un mercado cada vez más cambiante.
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Alquiler de habitaciones con aval de los padres
El alquiler de habitaciones a estudiantes es una opción muy interesante para mantener tu vivienda alquilada. Veamos a continuación por qué es recomendable el aval en este tipo de alquiler.
Qué es el aval del alquiler
El aval es una garantía adicional que el arrendador puede solicitar al inquilino, no es obligatorio pero puede ser muy recomendable para alquileres que puedan suponer más riesgo de impago. El aval es una persona física o jurídica que se responsabiliza a responder ante deudas o impagos del inquilino durante toda la duración del contrato de arrendamiento.
Aval de los padres para alquiler de habitaciones
Como decimos, el propietario puede solicitar esta garantía adicional al arrendatario a modo de seguridad, en ese caso, deberá estar especificado en una cláusula del contrato de alquiler exactamente cuánto abarca la responsabilidad del avalista.
Cuando se trata de un alquiler a estudiantes, lo más habitual es que los avalistas sean los padres, es decir, un aval personal. Estos deben ser conscientes de que deberán responder ante cualquier incumplimiento del contrato por parte del inquilino, ya sea un retraso o impago de la renta y los suministros o cualquier destrozo causado a la vivienda.
Tipo de contrato de alquiler a estudiantes
El alquiler por habitaciones constituye un alquiler de temporada, ya que se alquila la vivienda por un periodo concreto, por lo general, inferior a un año. Esta modalidad de contratos se rige por el Código Civil.
En este tipo de contrato la fianza es de dos meses de renta. La fianza funciona también como una garantía adicional, con la diferencia de que sí es obligatoria por ley, por este motivo, el aval no sustituye a la fianza.
Riesgos del alquiler a estudiantes
Todos los alquileres están expuestos a riesgos, según nuestra experiencia como gestores de alquileres te indicamos todo lo que debes tener en cuenta cuando alquilas tu piso a estudiantes:
- Estabilidad económica. En la mayoría de los casos los inquilinos son jóvenes estudiantes lo que significa que no tienen una regularidad de ingresos, dependen de becas o de los padres para cubrir sus gastos. Esto puede dar lugar a retrasos en el abono de la renta, lo que perjudica directamente al casero.
- Rotación de inquilinos. A diferencia del alquiler de larga duración, este tipo de arrendamiento por períodos más cortos (un curso escolar normalmente) implica una rotación más elevada de inquilinos. Esto supone más gestiones para el propietario que tiene que buscar nuevos candidatos, organizar visitas y asumir los gastos fijos cuando el piso está vacío.
- Mantenimiento de la vivienda. Generalmente, se tiende a pensar que los inquilinos jóvenes son menos cuidadosos que otro perfil de inquilinos. Además, la rotación influye directamente en el desgaste de la vivienda.
- Convivencia en la comunidad de vecinos. Es común asociar los alquileres a estudiantes con fiestas que puedan causar molestias en la comunidad de vecinos.
- Deducciones fiscales. El alquiler de larga estancia permite reducciones en la declaración de la renta que van del 50% al 90%, en cambio, este tipo de alquiler temporal no puede disfrutar de estas ventajas.
Ventajas del alquiler por habitaciones
- La renta. Las mensualidades de los alquileres por habitaciones y por ende aquellos arrendamientos de temporada, suelen ser más elevadas en comparación con el alquiler de larga duración.
- Rentabilidad para el propietario. A corto plazo, la rentabilidad bruta (sin tener en cuenta los gastos de los meses que la vivienda está vacía) de un alquiler de temporada puede ser más beneficiosa para el arrendador, no obstante, si lo que se busca son ingresos regulares a largo plazo eso solo se obtiene con un alquiler tradicional.
- Contratos cortos. El hecho de que el contrato de alquiler por habitaciones tenga una duración más breve que el de vivienda habitual permite al propietario hacer uso de la vivienda si lo necesita o venderla, si valora que esta decisión puede generar más beneficios.
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Cuál es la deducción del alquiler de vivienda habitual para el arrendador
Si has comenzado a alquilar tu vivienda debes saber que es obligatorio detallar en tu declaración de la renta los ingresos obtenidos. Sin embargo, puedes beneficiarte de una deducción del alquiler de vivienda habitual. Te lo explicamos a continuación.
Deducción del alquiler de vivienda habitual: ¿de cuánto es?
Antes de la aprobación de la Ley de Vivienda en mayo de 2023, los propietarios con un piso en alquiler tradicional, es decir, de larga duración, podían aplicar una reducción del 60% en su declaración de la renta.
A partir de la nueva normativa, se han incluido mayores beneficios aplicables al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) para los propietarios que cumplan determinados requisitos con el objetivo de “estimular el alquiler de vivienda habitual a precios asequibles”.
- Deducción del 90%. Si el propietario firma un nuevo contrato de alquiler en una zona de mercado residencial tensionado con un precio un 5% inferior al anterior contrato.
- Deducción del 70%. Si el arrendador ha alquilado su casa por primera vez en una zona de mercado residencial tensionado a un inquilino de entre 18 y 35 años. También se puede beneficiar de esta reducción si se trata de “vivienda asequible incentivada o protegida, arrendada a la administración pública o entidades del tercer sector o de la economía social que tengan la condición de entidades sin fines lucrativos, o acogida a algún programa público de vivienda que limite la renta del alquiler”.
- Deducción del 60%. Cuando se hayan realizado obras de rehabilitación al inmueble en los dos años anteriores.
- Deducción del 50%. Para el resto de casos de nuevos contratos de arrendamiento. Esta reducción sustituye al anterior 60% que hemos mencionado que se seguirá aplicando en los contratos previos a la aprobación de esta ley.
Gastos que se pueden deducir del alquiler de vivienda habitual
Cuando el propietario rellene la declaración de la renta podrá reducirse en el IRPF ciertos gastos ocasionados por el arrendamiento.
- Formalización de contrato. El arrendador podrá obtener una reducción por el equivalente a los gastos que le haya supuesto la formalización del contrato, como los gastos de gestión con la inmobiliaria. También es posible reducirse los gastos de defensa jurídica.
- Suministros. Si el arrendador es el que paga el agua, la luz, el gas podrá desgravarse estos gastos.
- Conservación del edificio y vivienda. El propietario tiene la obligación de mantener la vivienda en condiciones habitables, en este sentido, puede reducirse los gastos de este tipo de reparaciones necesarias.
- Créditos. También puede descontarse los intereses de los préstamos relacionados con la compra de la vivienda como la hipoteca o un crédito solicitado para una reforma, por ejemplo.
- Impuestos. Las tasas municipales como el IBI, limpieza o basuras y los gastos de comunidad también son deducibles.
- Seguros. El casero podrá descontarse además los gastos que le ocasione el seguro del hogar o de impago.
- IVA. Los propietarios de un alquiler de larga duración están exentos de pagar el IVA en las facturas que remitan al inquilino.
Una vez sumados todos los gastos deducibles, solo hay que restarlos a los ingresos netos , que suele ser la renta que paga el arrendatario mensualmente y eso es lo que hay que declarar a Hacienda.
Qué pasa si no declaras el alquiler a Hacienda
Las sanciones por no declarar el alquiler van del 50% al 150% de la cantidad que se ha dejado de declarar además de los intereses generados; y la imposibilidad de beneficiarse de las deducciones del 50% al 90% antes mencionadas.
Los alquileres que no tienen deducción
Hay que tener presente que estas bonificaciones solo aplican al alquiler de vivienda habitual o por habitaciones, en ningún caso aplica a otro tipo de arrendamientos como:
- Alquiler turístico
- Alquiler de locales y oficinas
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Invertir en bienes raíces, ¿cuál es la mejor opción para nuevos inversores?
Invertir en bienes raíces es lo mismo que en el inmobiliario o en ladrillo, como se dice coloquialmente. En este artículo explicaremos qué tipos de inversiones hay y qué posibilidades ofrecen para pequeños y medianos inversores.
Opciones para invertir en bienes raíces
Hay muchas tipologías de activos inmobiliarios y cada mercado funciona de manera independiente influenciado por distintos factores económicos. Estos son los principales:
- Oficinas
- Comercial y logístico
- Residencias de estudiantes
- Garajes
- Solares o terrenos
Sin embargo, la inversión en vivienda es la más conocida. En este sentido, podemos reducir a tres las posibilidades de inversión:
- Compra de vivienda para vender. Adquirir una propiedad para venderla posteriormente esperando a que se revalorice es una alternativa interesante. En este caso, la rentabilidad es a largo plazo y se debe calcular teniendo en cuenta el coste inicial de la compra más los gastos e impuestos que implica la transacción.
- Comprar para reformar. El conocido como house flipping significa comprar un inmueble en mal estado pero con mucho potencial para realizar una reforma prácticamente integral y venderlo a corto plazo a un precio más alto.
- Comprar para alquilar. Es la fórmula más común entre los inversores particulares. Supone el ingreso de una renta mensual y conlleva deducciones fiscales, aunque hay que tener presente las posibles desventajas que implica como son las gestiones, el mantenimiento o el riesgo de impago.
Comprar una vivienda para alquilar
Como decimos, el alquiler de propiedades es seguramente la inversión más habitual en el sector residencial, algo que también viene influenciado por la dificultad de comprar una vivienda consecuencia de los elevados tipos de interés y la subida continuada de precios. Esto ha hecho que la demanda del alquiler aumente.
El Banco de España sitúa la rentabilidad de esta inversión (alquiler más variación de precios) en el 11,4% en el tercer trimestre de 2024. Es la rentabilidad más elevada desde 2021 según el organismo debido, fundamentalmente, a la tendencia alcista de los precios que llevan meses subiendo de manera continuada por encima del incremento de los precios de venta.
El precio del alquiler en el mes de diciembre aumentó un 11,5% de media respecto al mismo mes del año anterior mientras que la evolución de los precios de venta fue del 11,2%, según Idealista. Ambos están en niveles máximos históricos.
La vivienda se considera un bien estable, un valor refugio, a diferencia de otras inversiones más volátiles como la Bolsa (Ibex-35%) que ha registrado un rendimiento del 26% según los últimos datos del Banco de España, que también reflejan rentabilidades pasadas del 8% e incluso negativas.
Ventajas de invertir en bienes raíces
Podemos resumir en dos las ventajas de este tipo de inversión patrimonial:
- Revalorización. En tiempos de inflación, el valor de los inmuebles tiende a incrementarse por lo que es posible lograr una plusvalía cuando se decide vender la propiedad.
- Estabilidad. Se trata de un mercado, como hemos mencionado, menos expuesto que otros a subidas o bajadas de precio bruscas.
Desventajas de invertir en bienes raíces
Como cualquier inversión, no está exenta de riesgos. Para reducirlos, los expertos recomiendan diversificar la inversión, es decir, si se tiene capacidad financiera para invertir en varios inmuebles que sean de diferentes tipologías. Asimismo, es aconsejable informarse sobre la situación del mercado, los precios de la zona, etc. antes de realizar cualquier operación o contar con asesoramiento experto.
Además, hay que tener en cuenta:
- Gastos. El precio de compra de vivienda es elevado, adquirir una casa cuesta de media 2.271 euros el metro cuadrado, según Idealista. Aunque es posible solicitar una hipoteca, por lo general, hay que disponer de la entrada y los gastos asociados a la operación.
- Falta de liquidez. Los bienes inmuebles son activos ilíquidos, esto es que no se dispone de acceso inmediato a ese dinero ya que hay que esperar a que se revalorice, se venda o se alquile a diferencia de otras operaciones en las que se puede retirar el dinero de manera rápida.
Otras formas de invertir en inmobiliario
Hay nuevas formas de invertir en inmobiliario:
- Socimis. Las Sociedades Cotizadas Anónimas de Inversión en el Mercado Inmobiliario requieren una inversión inicial baja, se dedican a comprar propiedades, fundamentalmente para alquiler y están obligadas a repartir cerca del 80% de sus dividendos entre los accionistas.
- Crowdfunding inmobiliario. Son plataformas de inversión de manera participativa, también requieren una inversión muy baja y ponen en contacto a los promotores inmobiliarios con pequeños inversores.
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